¿Sabías que hay personas que tienen fobia al vino? Resulta sorprendente, pero existe.
Quienes la sufren padecen los síntomas comunes de cualquier otro miedo: ansiedad, problemas respiratorios, náuseas… Y como al igual que otros, puede ser tratada por especialistas.
Estas reacciones no surgen por tomarse una copa de vino. Sino que el temor aparece con tan solo la presencia de este a su alrededor. Es fácil evitar beberlo a lo largo de toda la vida, ¿pero es tan sencillo evitar el encuentro con el vino en todas las situaciones del día a día? En definitiva, resulta muy complicado rehuir de él.
Dicho temor es totalmente irracional. Hay experiencias traumáticas que pueden llegar a justificarlo. Es inevitable relacionar el estímulo con el peligro. Aunque es difícil determinar el origen exacto y claro.
Existen otras fobias que también se pueden asociar a la oenofobia. La metifobia es el miedo a las bebidas alcohólicas. O la dipsofobia, fobia a beber y al consumo de dichas bebidas.
Puede resultar difícil convivir entre tantas situaciones de las que el vino forma parte. Pero existen medidas para poder llevar una vida normal sin miedo.
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