El vino es una parte de un ritual social y gastronómico. Es una parte que se puede disfrutar a solas o acompañado. Pero acompañado no solo por amigos, familia, compañeros de trabajo o conocidos. También lo podemos acompañar con diferentes entrantes o comidas que potenciarán el sabor del vino y viceversa.
Este post no quiere volver a recomendar el típico maridaje de vino blanco para el pesacado y vino tinto para la carne. Vamos a proponer unas combinaciones solo aptas para los paladares más atrevidos y con ganas de descubrir nuevas sensaciones.
Vino Tinto con barriga de atún a la plancha. El buen sabor del atún a la plancha, tan parecido al de una carne roja, combina a la perfección con el fuerte paladar y aroma de un buen vino tinto.
Vino frizzante con ensalada. El frizzante casa a la perfección con los entrantes, pero decidimos probarlo con una ensalada con diferentes ingredientes y sobre todo bastante fuerte de aceite y vinagre. El resultado es un buen contraste de sabores que te sorprenderá.
Vino blanco y platos de pasta. El vino blanco va más allá del marisco y pescado. Atrévete a marinarlo con un plato de pasta que lleve una crema suave, como una bechamel o carbonara.
Vino tinto y chocolate negro. Lo mejor lo hemos dejado para el final. Estudios científicos demostraron que ambos contienen resveratrol, una sustancia que previene el cáncer. Por ello decidimos unir estos dos sabores, ambos fuertes y diferenciados. El resultado no te dejará indiferente.