Son muchas las propiedades que la música aporta al ser humano, a su conducta y a su salud. La música actúa como un motivador del cerebro, nos ayuda a categorizar las emociones, nos hace sentir mejor e, incluso, ayuda al tratamiento de enfermedades del sistema nervioso central. Y es que las personas asociamos canciones y melodías a momentos de nuestras vidas que fueron relevantes y nos hicieron sentir bien. Les atribuimos un tipo de música.
Pues bien, el vino actúa de la misma forma, existe una relación recíproca entre ambos elementos. A este fenómeno se le conoce como el maridaje sonoro y fue descubierto por Adrian North, en una investigación realizada en la Universidad Heriot Watt. Según esta investigación, la relación entre un tipo de vino y un tipo de música concreto puede ser esencial a la hora de conformar la experiencia del individuo, incrementando la sensación de placer y estimulando el sentido del oído. En definitiva, una buena canción puede hacernos disfrutar aún más (si cabe) del vino.
Nos propone, además, algunos ejemplos de tipos de vinos y la música que más encajaría con ellos a la hora de consumirlos. Si queremos disfrutar de un buen Chardonnay sería conveniente acompañarlo de música alegre y más movida, de tipo dance o disco. En el caso de un Cabernet Sauvignon, una buena banda de rock sería el mejor acompañante para nuestra velada.
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