Siempre hemos podido escuchar que cuánto más tiempo almacenamos un vino, más bueno se vuelve éste, como si tuviera que volverse añejo y más añejo. Pero esto no es del todo cierto. Cuánto más almacenamos un vino, no se vuelve mejor. Hay vinos que se pueden almacenar más tiempo que otros, y si nos pasamos en el tiempo de espera, podremos echar a perder un vino de calidad.
La primera diferencia que nos asalta, por lógica, es su división por tinto/blanco y por el contenido alcohólico. Para los vinos tintos, con un contenido alcohólico entre 12’5 % y 13%, podrán tener una mayor longevidad. Por ejemplo un Purato Nero D’abola Terre Siciliane o un Red Blend entrarían dentro de esta categoría. Si, por el contrario, nos vamos a un vino blanco, por lo general será menos longevo, con varias excepciones. Aunque dependiendo del tipo de vino, podrá guardarse más o menos tiempo. Un frizzante, como Canei, no podemos almacenarlo demasiado porque comienza a perder propiedades, pero si hablamos de un Chardonnay como SouthernRiver podremos guardarlo hasta 3 años.
También debemos tener cuidado con querer abrir nuestra botella demasiado pronto en algunos tipos de vino. La virtud está en el término medio, no hay que correr ni esperar demasiado. A continuación te dejamos una recopilación de los tipos de vino más comunes y su período ideal de consumo:
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