Tiene su origen en Alemania y no depende del tipo de uva que se utilice, sino de su tipo de viticultura y vinificación.
Generalmente estos vinos se suelen realizar con uvas blancas, las uvas tintas también se pueden emplear, pero se hace con menos frecuencia. Las uvas deben ser vendimiadas a mano y en estado de congelación en el propio racimo. Después, inmediatamente serán prensadas, de manera que no pierdan los cristales de hielo, lo que da como resultado una alta concentración de azúcares y ácidos debido a la deshidratación.
Es por esto, por lo que se dice que son vinos muy sabrosos, de aromas profundos y extremadamente dulces, a la vez que, suaves y con una intensa acidez.
Los vinos de hielo son vinos escasos de mucha calidad, puesto que, para que se de la congelación de la uva es necesario que la temperatura ambiente esté sobre los 7 u 8 grados bajo cero y se mantenga durante varios días. A dicha temperatura lo que se hiela de la uva es el agua, de modo que, al prensarla en este estado, se puede extraer un jugo muy concentrado de la uva.
Según dicen los expertos… ¡toda una delicia para el paladar!
Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.
ACEPTAR